Pocas tiendas nos gustan tanto como esta. Un negocio familiar de artesanos de toda la vida. Ya son cinco las generaciones de ebanistas a cargo de esta fábrica y tienda, que comenzó con un negocio de sillas en 1856 y hoy en día distribuye muebles de todo tipo por el mundo entero. Eso sí, la esencia sigue vigente y las sillas de estilo provenzal siguen siendo su producto estrella. Está situada en un pueblecito con mucho encanto, Vallabrègues, especializado en la artesanía con mimbre. Un lugar verdaderamente maravilloso donde tuvimos la suerte de adentrarnos hace poco de la mano de uno de sus dueños…
Conocemos la tienda desde hace ya varios años y reconozco que ya es casi una tradición hacerles una visita cuando vienen amigos o familiares. Tenemos la suerte de que uno de los regalos de boda más especiales que nos hicieron, viniera de aquí: nuestra mesa y sillas de comedor. Nos hace gracia cuando ahora se habla tanto del estilo provenzal. Un estilo que aquí propiamente dicho no existe, pero que si a algo se le pareciera, sería a todo lo que hacen en Lacroix....
Lo que más llama la atención, es ver como el límite entre tienda y casa familiar, es a veces imperceptible. Y es que, tanto ésta como el taller, se sitúan en los bajos, terraza y jardín de la casa. El cariño con el que todo está puesto, se percibe en cada detalle. Un jardín lleno de encanto, pero de los de verdad. Y eso se nota. Ahora que se llevan tanto los invernaderos en decoración y que parece que toda tienda chic que se precie debe tener uno, aquí lo encontramos escondido entre árboles, adelfas y geranios como parte del taller, utilizado para dar los diferentes barnices a la madera. Sin duda uno de mis rincones favoritos...
Pero antes del barnizado, está el taller donde realizan el cortado de las piezas y montaje de las mismas. Un lugar de esos caóticamente ordenados. Pudimos ver en directo el funcionamiento de algunas de las máquinas que utilizan para ello y la precisión y perfección con la que se realizan es impresionante...
Las sillas son elaboradas y montadas de manera 100% artesanal en estos talleres. Si bien no es su único producto, es su negocio principal y cuentan con una producción anual de aproximadamente 4000 sillas. Una de las ventajas con las que cuenta, es que podemos elegir el mueble que queramos y cambiarlo por completo: la forma de las patas, los apoya brazos, el tipo de madera, de barníz, la pintura, el estilo del mimbre…De esta manera el producto final está elaborado completamente a nuestra medida.
Pensaréis que quizás el estilo de los muebles es un tanto rural y que en un piso en una ciudad no lo veis demasiado. Os equivocáis! Puede que sea justo el toque que necesita vuestra cocina, o la entrada de vuestra casa o vuestro salón, para "relajar" ese estilo urbanita que seguro tiene y trasladaros a un lugar tan maravilloso como este. Ya sabéis: la sencillez y lo natural siempre ganan la partida.
¡Qué bonito y qué ganas de visitarlo! Precioso post! Me encanta!
ResponderEliminarMuchas gracias Isabel!!!
EliminarMe encanta el sitio. Lo apunto para el próximo viaje.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias Cósima! Tengo pendiente haceros una mini-guia de ruta por la Provenza! A ver si me pongo a ello pronto!Un beso
EliminarPues sí, la sencillez y lo natural siempre gana, precioso!!
ResponderEliminarBss
Muchas gracias guapa!!
EliminarMe encanta este tipo de talleres, Ojalá no perdamos esa esencia, cada vez haz menos...
ResponderEliminarTienes razón, por eso cada vez nos gustan más! Este es un sitio muy muy especial! Un beso Judith! Qué alegría tenerte por aquí!
Eliminar